MAZ: Mercado de Arte de Zapopan

Por Edgar Alejandro Hernández

La preponderancia del mercado dentro del campo artístico se ha vuelto cada vez más cínico en México, al grado de que un museo público puede organizar dentro de sus salas una feria comercial y para nadie resulta un descaro. El Museo de Arte de Zapopan (MAZ) recibió del 26 de septiembre al 10 de octubre la feria Estudio ACME con 103 obras que estaban a la venta. Una "head de ventas" atendía a los potenciales compradores dentro de la sala, además de que les proporcionaba un catálogo digital con información de los artistas, las obras y los costos de cada pieza que se ofrecían en tres precios: 24 mil 244 pesos, 60 mil 610 pesos y 121 mil 220 pesos, IVA y comisión del 4 por ciento incluidas.

Surge la pregunta sobre qué justifica o quién autorizó que un espacio público financiado con presupuesto estatal se preste pro bono para un evento comercial. Pregunté sobre este punto a Viviana Kuri, directora del MAZ; y a Ana Castella, directora de Salón ACME, considerando que un evento así no sería viable en un museo del INBAL o de la UNAM.

Castella no respondió, pero Kuri comentó: "El MAZ no se rige por los lineamientos de la UNAM o Bellas Artes. No se utilizaron recursos públicos para la estancia de ACME en el MAZ, y tampoco se realizó ninguna transacción comercial de arte dentro del museo".

Si nos remitimos a los hechos, es fácil probar que Kuri miente. El catálogo digital entregado a coleccionistas en el MAZ señala: "Todas las obras exhibidas están a la venta, para contribuir y apoyar tanto al Museo de Arte de Zapopan como a la creación artística emergente local y nacional".

Si revisamos el reglamento del MAZ publicado en la Gaceta Municipal de Zapopan, su Artículo 4 Inciso X describe al museo como un "órgano desconcentrado denominado Museo de Arte de Zapopan, dependiente de la Coordinación General de Construcción de Comunidad, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público". Tal vez el MAZ no se rija por la normatividad del INBAL o la UNAM, como dice Kuri, pero sí está regulado por su propio reglamento, donde se especifica que su vocación es "sin fines de lucro".

También es significativo que Kuri, quien en febrero próximo cumplirá 12 años como directora del MAZ, desvíe la conversación argumentando que "no se utilizaron recursos públicos". Tal vez no hubo una partida o presupuesto para Estudio ACME, pero durante dos semanas toda la infraestructura del museo, incluidas sus salas, personal (empezando por su directora) y servicios, se destinó a la exhibición y venta de obras. Aunque el trato no se concretara en el recinto, el propósito comercial era evidente. ¿Cuál fue el porcentaje que dio Estudio ACME al MAZ por convertirse en galería comercial?

No es un secreto que desde hace un par de décadas el mercado se ha convertido en el legitimador principal del mundo del arte, pero un museo público no tiene dentro de su vocación el convertirse en plataforma de proyectos comerciales. Las obras expuestas en los museos deben responder a un programa curatorial. Que Estudio ACME contara con un consejo artístico no anula el hecho de que todas las piezas fueron seleccionadas con fines de venta. La experiencia en el museo no es la de una feria o galería. Este tipo de concesiones sólo refuerza la percepción de que los museos públicos están reservados para un grupo social privilegiado; en Guadalajara, podría decirse, familias y abolengos privilegiados.

Ahora bien, si se mira con perspectiva, es ilustrativo que sea en Guadalajara donde un museo público tenga la suspicacia de albergar una feria comercial sin generar un solo comentario. Esta práctica, legitimada en sí misma por algún estatuto exclusivo del MAZ, según Kuri, habla de una escena artística en la que el canon local sigue engordando el caldo económico con autoplagios de obras que obtuvieron visibilidad nacional e internacional hace por lo menos dos décadas. Con una dinámica de producción en la que el pequeño circuito de artistas consolidados le apuesta a montar desproporcionados estudios que conceptualmente están más cerca de una fábrica de cerámica que maquila, de forma casi industrial, las mismas piezas.

Texto publicado el 7 de noviembre de 2024 en el periódico Reforma.