A cada quien su estrella

De Julien Devaux

Curaduría: Edgar Alejandro Hernández


Museo de la Ciudad de Querétaro

(Guerrero 27 Norte, Centro Histórico, Santiago de Querétaro)

Del  6 de diciembre de 2024 al 2 de febrero de 2025.

 

La primera vez que hablé con Julien sobre el título de la exposición, recuerdo que pensé en Estrella distante, de Roberto Bolaño. Lo menciono por la amplitud del concepto, aunque, al enfocarnos, queda claro que a Julien no le interesa dialogar con la literatura latinoamericana, sino con la Historia del Arte. Desde ahí, construye una suerte de constelación que aborda el problema del paisaje. Abusando de la textualidad, cada obra funciona como una estrella dentro de un conjunto mayor, un mapa celeste que interactúa de diverdas formas con el espectador y con el propio artista. Pensemos en las constelaciones más conocidas y, tomando toda licencia creativa, imaginemos que iluminan el recorrido, trazando una narrativa visual, sonora y conceptual que cuestiona nuestra comprensión del paisaje, fragmentado en lo plástico, lo temporal, lo sonoro, lo social y lo performativo. OSA MAYOR: El paisaje y la pintura son el eje y gran astro que irradia directa o indirectamente sobre las obras. La exploración del color, la fuerza impuesta por la perspectiva y el no-lugar que predomina en sus composiciones producen los mayores destellos de la exposición. El paisaje no es solo un tema, sino un espacio de transformación donde la mirada del espectador se sumerge en horizontes vueltos color u oscuridad. OSA MENOR: El paisaje y el tiempo definen aquellas obras en las que la imagen en video se convierte en un problema plástico. Más que narrar una historia, el video pone en pausa la temática y la trama para centrar nuestra atención en la descomposición de la secuencia cinematográfica. Este gesto invita al espectador a contemplar los detalles mínimos y a experimentar, por ejemplo, la inmensidad del mar o la infinitud del atardecer, en un estado de suspensión que ralentiza la velocidad de la luz. ORIÓN: El paisaje sonoro introduce otra dimensión en el universo de la exposición. Los astros se transforman en puntos luminosos que capturan la vida en un entorno montañoso, cargado de oscuridad y ruido: el susurro de la naturaleza, el repicar de las campanas de la iglesia y el estallido de los fuegos artificiales durante la Nochebuena ofrecen otra latitud al espectador, quien sufre una transformación en el espacio tiempo mientras se recupera de la ceguera momentánea que impone la oscuridad total. CASIOPEA: Casi como susurros, el paisaje adquiere también una dimensión social. Julien, un artista belga radicado en México, da voz y presencia a comunidades de la costa oaxaqueña, las cuales, a veces ausentes y otras protagonistas, se integran en el coro de imágenes que el artista ha creado a lo largo de los últimos años. CAN MAYOR: El paisaje vuelto performance acentua y multiplica el cuerpo del artista. Su encarnación como náufrago, loco o suicida no es solo un acto de humor, sino una reflexión sobre la transmutación de su identidad: un belga que, al adentrarse en un país tropical, transforma su ser y su práctica artística.

 

Edgar Alejandro Hernández, curador

Ciudad de México, diciembre 2024