Autosuficiencia: Ejercicios de balance
De Javier Barrios y Joaquín Segura
Curaduría Inbal Miller y Edgar Alejandro Hernández
Museo de la Ciudad de Querétaro, del 14 de febrero al 15 de mayo de 2022.
En Masa y poder, Elias Canetti define al trigo como un bosque reducido. “Crece donde antes se levantaba el bosque, aunque nunca alcanza la altura de éste”. La diferencia que señala el Nobel búlgaro para describir al trigo es crucial porque remarca la relación de dependencia que tiene con el hombre. “Está por entero en poder del hombre y es obra suya. Él lo siembra, él lo siega; en antiguos ritos hace ceremonias para que crezca”.
No es difícil entender por qué Canetti vio en el trigo, al igual que en la arena, el mar o el fuego, una de las unidades colectivas que le sirvió para identificar sus “símbolos de masa”. Su aparente fragilidad, su resistencia y su estrecha relación con el ser humano lo cargan de un valor simbólico que lo ha acompañado prácticamente en todas las culturas.
Las espigas de trigo o arroz, así como las hojas de laurel, son un referente casi universal para adornar cualquier tipo de insignia civil o religiosa. Su representación simétrica y en pares las consolida como icono indiscutible del ganador. Pero cuando las espigas de trigo se multiplican y florecen por docenas la imagen que ofrece se desborda en referencias y significados.
Cuando Javier Barrios y Joaquín Segura fueron invitados a realizar una colaboración en 2017, una de las obras más contundentes de aquella experiencia fue Autosuficiencia: Ejercicios de balance # 1, una instalación conformada por martillos que cancelan su función utilitaria para florecer en espigas de trigo. Ahora, se presenta en el Museo de la Ciudad de Querétaro una versión de sitio específico de este proyecto.
Los martillos que históricamente se han asociado al trabajo industrial se transforman en cimientos de un bosque reducido, donde no trasciende el murmullo de las ramas sino un disciplinado silencio que magnifica su precario aunque sostenido ejercicio de balance.
Las herramientas dejan atrás el desgaste cotidiano que les impone el trabajo para germinar en símbolos. La unión de estos dos íconos entrelaza el cuerpo de obra de ambos artistas, que aparentemente corren por rutas distantes, pero que en realidad comparten un mismo impulso por desvelar el potencial político/discursivo del arte.
Esta exposición fue posible gracias al apoyo de la familia Maya Montalvo.
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