¿Qué mira la secretaria de Cultura?

 

Por Edgar Alejandro Hernández

 

¿Qué mira en esta imagen la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto? La respuesta rápida es que está viendo una fotografía tomada por Héctor García (1923-2012), al inaugurar la exposición El lado oscuro del régimen: La protesta del 58 y 68, en el Complejo Cultural Los Pinos. Pero la pregunta interesante es si realmente está observando la imagen o si sólo posa para que la retraten. Parece que sólo posa, porque si la funcionaria hubiera observado con atención, tal vez su rostro reflejaría vergüenza por la pésima calidad de estas impresiones, teñidas de color rosa, que el gobierno federal hizo para supuestamente rendir homenaje al fotógrafo por el centenario de su natalicio.

La razón por la cual estas impresiones tienen ese color rosa es por la mala calidad del material, utilizaron papel de color (más barato) y no blanco y negro. El efecto es perceptible incluso en las imágenes que la propia Secretaría de Cultura federal difundió sobre el evento inaugural, el cual fue presidido por Frausto y tuvo la participación de la familia de Héctor García y de la escritora Elena Poniatowska.

Desde que asumió su cargo como secretaria de Cultura, Frausto ha demostrado sistemáticamente que lo único importante en su gestión es cumplir con los actos protocolarios y cubrir las cuotas que impone el partido en el poder. Ya no resulta novedoso que se deje de lado la calidad de las cosas que producen.

Las fotos rosas que registran manifestaciones de protesta durante las décadas de 1950 y 1960 en México son un fiel reflejo de cómo se sacrifica la calidad de las actividades cultural ante la urgencia que tienen los funcionarios por instrumentalizarlas para repetir un discurso político que agrade a su líder y, si tienen suerte, poder participar de la homilía mañanera en Palacio Nacional.