POLIFONÍA POÉTICA, de Iván Krassoievitch


Por Gustavo A. Cruz Cerna

 

Por algo que podríamos convenir en llamar azar, hace algunas semanas publiqué en mi cuenta personal de tuiter un chiste sobre si es posible tener un interés por el cruce de arte contemporáneo y la literatura y eludir el fanatismo por la poesía concreta; pronto se me hizo saber en los comentarios y reacciones que no es posible, y la muestra Polifonía poética de Iván Krassoievitch me confirmó que esto ni siquiera es deseable.

Echada a andar a principios del siglo XX con experimentaciones sobre la disposición en página de los poemas, la poesía concreta se desarrolló incorporando notables juegos tipográficos y de palabras hasta posibilitar exploraciones en cuanto a las materialidades y medios de la escritura, opacando finalmente su contenido lingüístico (no importaba qué se decía tanto como la disposición del escrito, entendido como huella física, imagen u objeto). Gracias a este acento en la visualidad y objetualidad del texto, las artes visuales se decantan fácilmente por dichas referencias al momento de vincularse con la literatura, pasando por alto otros elementos, como el sinfín de estrategias y técnicas narrativas que la cultura libresca ofrece. La exposición de Iván Krassoievitch (Ciudad de México, 1980), que inaugura el espacio dedicado a las artes visuales del también reinaugurado Instituto Guimarães Rosa (IGR) de la embajada de Brasil en México, trabaja directamente con varios poemas concretos de autores brasileños, ya que fue en ese país sudamericano donde el movimiento cobró especial relevancia, en el contextos de las potentes expresiones modernistas que ahí se dieron a lo largo del siglo XX.