Las demandas zapatista en un museo de arte contemporáneo*
Por Gala Alarid
Dentro de la exposición Customatismo del artista Rubén Ortiz Torres, que fue montada en el Museo Universitario Arte Contemporáneo de octubre de 2019 a marzo de 2020, se encuentra la pieza “Con sus manos la tierra volverá a quienes la trabajan.” La imagen presentada en la obra es el escudo oficial del estado de Morelos, y probablemente no es de los trabajos más llamativos que fueron exhibidos durante esos meses. A comparación del lowrider que es “Alien Toy”, las múltiples gorras intervenidas e inclusive cuadros de mayor tamaño que evocan una carcajada tales como “Lo que se ve no se pregunta”; en definitiva una imagen de un escudo estatal puede parecer menos interesante. Pero ¿qué tiene detrás esta obra? ¿Qué nos dice sobre la historia de México durante el siglo XX? ¿Qué sentido tiene esta pieza dentro del trabajo de este artista?
La obra de Ortiz Torres es un reflejo de la cultura contemporánea, en particular la mexicana y la chicana, sus piezas hacen una continua revisión a la historia de su país de origen. Con la creación de trabajos como “La verdadera historia de la Nueva España” una referencia directa a la obra escrita por Bernal Díaz del Castillo hasta trabajos como “Zapatista Montecarlo” en donde podemos encontrar la imagen de Emiliano Zapata, el Sub Comandante Marcos y Speedy González, entre otros trabajos con temáticas históricas. Zapata es un personaje que participó en la Revolución mexicana, que ha sido utilizado por Ortiz Torres de manera recurrente. Fue este revolucionario el cual inició el reclamo de la propiedad de la tierra en la zona sur del país, además de elegir el tipo de siembra que realizarían los trabajadores agrarios.
“Con sus manos la tierra volverá a quienes la trabajan” una obra creada en el 2014 dentro del conjunto titulado Bandera Negra, una exposición individual que el artista realizó para La Tallera para conmemorar el aniversario luctuoso de David Alfaro Siqueiros. Estas banderas hacen referencia a los símbolos de huelga, la frase de Ricardo Flores Magón “Tierra y Libertad” y la de países como Cuba y Estados Unidos. En esta ocasión Zapata no aparece en la obra, no vemos su bigote, ojos negros, cananas ni sombrero; en el cuadro nos es presentado uno de los ideales más importantes que defendió en su lucha durante el periodo revolucionario.
Esto en el contexto de un territorio que desde la conquista había priorizado el monocultivo de la caña de azúcar, un producto enfocado a la mercantilización a gran escala con el que no existían verdadero vínculos culturales. Cultivo que, se generaba en haciendas e ingenios donde los trabajadores vivían bajo condiciones de explotación muy cercanas a la esclavitud. Además de exigir la propiedad de la tierra, se luchaba por elegir qué se cultivaría en ella.
En el escudo estatal se representa un maíz, que es parte de la base alimenticia y cultural mexicana. Además de que el cultivo de la milpa puede compartirse con otros alimentos –frijol, chile, calabaza– y la relación de aquellas personas que siembran maíz siempre ha sido simbiótica. El levantamiento armado del sur del país, representado por Zapata, quien pasó de ser un líder local a uno revolucionario, también estaba enfocado hacia una defensa al maíz. Lo cual eventualmente fue plasmado para el escudo y lema oficial del estado de Morelos.
La pieza creada por Ortiz Torres, hace una resignificación de símbolos que hablan sobre resistencia. Trayendo a la conversación un tema que sigue siendo vigente ¿A quién pertenece la tierra? ¿Qué se debe cultivar en ella? ¿Quiénes son los beneficiados del trabajo agrario?
Emiliano Zapata es uno de los personajes más icónicos de la Revolución mexicana, del cual el Estado ha contribuido a su mitificación. Además de que a partir del levantamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional se reforzó su figura e inclusive ganó reconocimiento en el ámbito internacional. Pero resulta importante ver más allá de su carismática figura, ya que el papel que fungió durante el siglo XX y hasta el presente, tiene mucho que ofrecer.
El año 2019 fue declarado por el gobierno como “E l Año del Caudillo del Sur. Emiliano Zapata Salazar” con el fin de conmemorar el centenario de su asesinato. Por esta razón en el Palacio de Bellas Artes se montó la exposición titulada “Emiliano. Zapata después de Zapata” en la cual se encontraban una serie de obras con la imagen del revolucionario. Más allá de las controversias que dicha muestra generó, es un ejemplo de cómo la figura de este personaje ha sido utilizada en múltiples ocasiones. En el mundo del arte, otros personajes que representan resistencia también han aparecido en diferentes obras; el cuadro del Che Guevara de Andy Warhol o la escultura de Túpac Amaru de la artista Huma Bhabha. Que a pesar de ser homenajes a estas figuras históricas, en ocasiones llegan a difuminar las luchas que lideraron, dejando presente solo su imagen.
Es por ello que resultar interesante que Ortíz Torres optara por plasmar una de las demandas que fue defendida el zapatismo, en una de sus piezas; como una manera de evocar una historia de resistencia que aconteció en el territorio mexicano.
Para apreciar esta pieza, el contexto puede ser útil, sin embargo no es indispensable, la frase por si misma puede resonar por su contenido y la imagen es perfectamente accesible. Aunque la pieza embona en el conjunto de Bandera Negra, por si sola puede hacer una invitación a replantearnos quiénes tienen el derecho sobre la tierra y sobre aquellos que han defendido esta idea. Sin importar que la pieza se encuentre exhibida en Cuernavaca, en el MUAC o en nuevos territorios.
*Texto producido dentro del seminario Crítica de arte. Exponerse, insistir, resistir, que fue impartido del 19 de febrero al 27 de mayo de 2020 por Edgar Alejandro Hernández, dentro de Campus Expandido MUAC.