La Cosa Cómica. Carta a Ricardo Pohlenz
Cildo Meireles. Inserçoes em circuitos ideológicos: Projeto Coca-Cola.
Por Jonathan Hernández
Querido Ricardo,
Agradezco tu tiempo, saliva y ociosidad para organizar o improvisar, aún no lo sé, un día de campo en la continuidad de tus parques, los de Cortázar o de quién sea. Vaya que hay que tener tiempo de sobra y no lograr entretenerse con ninguna otra cosa más que escribir, como bien lo indicas, de forma esencialmente retórica, casi diletante, diatribas pasmosamente somníferas.
Hay algunos puntos que me gustaría aclarar acerca del texto que publicaste la semana pasada en este espacio editorial, voy punto por punto para no confundirnos y aburrirnos más de lo que ya estamos. ¡Auxilio!
I. El texto que escribí hace ya un par de meses fue acerca de las implicaciones culturales y políticas de la exposición Pico y elote de Damián Ortega, ni siquiera fue acerca del conjunto de obras expuestas, aquello era una disección crítica del devastado pero colorido paisaje nacional. Siento mucho haberte mencionado y tomado como punto de partida pero estoy convencido de que la crítica de arte en México es casi inexiste, existe eso sí, un colosal oportunismo para ocupar espacios que han ido apareciendo a través del tiempo y las circunstancias. Vicios y vacíos que tal vez siempre estuvieron allí.
II. Un seudónimo no es una máscara, es una forma de diversión personal que ha estado presente en el arte y como bien sabrás, en la literatura también. Desde Duchamp hasta Jane Austen pasando por Pessoa; vamos, hasta Prince tuvo tres seudónimos. Pretender desenmascarar una identidad sin máscara es tan absurdo como hablar de roedores con el disfraz de elocuencia de un elefante asustado, no cabe duda que el desconocimiento puede ser una forma de conocimiento.
III. Ante la modestia del “descubrimiento” en la supuesta relación entre un mural del coronelazo y el vocho colgando, solo puedo recomendarte preguntar o rascar lo suficiente para averiguar cierta información básica antes de llegar a describir tu pretensioso entusiasmo. Cosmic Thing forma parte, desde hace ya un buen rato, de la colección permanente del MOCA, el Museo de Arte Contemporáneo de Los Angeles y lo que estuvo expuesto aquí en México fue una copia de exhibición. Tal vez por eso, cómo tan agudamente observaste, las tapas de los rines estaban pandeadas y además sería imposible que dicha obra se exhiba de forma permanente en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
IV. Sería muy bueno y productivo que le escribas a Damián para preguntarle directamente a él sobre los vasos comunicantes que tanto te preocupan entre el Stalinismo y el Salinismo.
V. Ver, entender y describir “las botellas de Coca-Cola a medio llenar de Cildo Meireles” como una deriva conceptual es reducir y despellejar una obra bastante relevante del arte contemporáneo, por lo menos para mí. Afortunadamente no hay ninguna retórica en el hecho de haber puesto a circular de forma real un objeto a través de un mecanismo de distribución comercial existente en 1970 (año en que se llevó a cabo la obra*) pero imagínate Ricardo, andar cargando con las ideas e intenciones de hace cincuenta años o más: ¡Qué cosa! Mejor intentemos ser falsamente lijeros y hasta simpáticos para terminar siendo una vez más, un dolor de cabeza triste y aburrido.
Sigamos aparentando ser listos y felices al visitar exposiciones, ver películas o leer libros sin preguntarnos qué diablos estamos haciendo, neutralicemos nuestra experiencia en aras del asombro hasta llegar al momento mágico e inolvidable de tomarse una selfie al lado de pelotitas que parecen flotar dentro de la sala de un museo. También podemos escribir poesía utilizando el Chat GPT, tal vez así podría acontecer el regreso triunfal a esas lides y por fin deshacerse de la incomodidad “regional” pero eso sí, rindiendo homenajes al “divino marqués”. La compleja cosa tragicómica de ser mexicanos, el ejercicio acrítico en la inocente fascinación por la polémica sin polémica, un deporte rétorico-nacional más, un globo inflado con egos rebosantes de inteligencia raquítica y desnutrida.
Celebremos el artificio mundano que habitamos.
Por cierto, Hideki te envía muchos saludos desde el lejano oriente.
Sayonara!
*Inserçoes em circuitos ideológicos: Projeto Coca-Cola fue una intervención con mensajes de texto que Meireles realizó en Brasil sobre un sinfín de botellas de Coca-Cola con pequeñas serigrafías adhesivas que tenían los textos impresos en blanco para poder ser leidos una vez rellenadas las botellas y puestas en circulación nuevamente. Los mensajes van desde un claro y directo YANKEES GO HOME! hasta “mensajes con instrucciones sobre cómo hacer las Inserçoes. Entre los mensajes, había nombres de personas que habían desaparecido o estaban muertas y, eventualmente, escritos relacionados con el arte, cuestionando cuál es el lugar de la obra de arte”.
(Cildo Meireles en el catálogo de la exposición Cildo Meireles en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, Palacio de Velázquez, Madrid, 2013)
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